NOTAS Y ESPERAS, PARADA CARDIACA

Increíble como te puede cambiar una situación con la llegada de las calificaciones, sean positivas o negativas. Puedes recibirlas y salir de fiesta, o amargarte en la peor esquina posible sin apenas luz, en donde solo se escuchan tus sollozos y gritos de lamentación y
rabia jurando en todos lo idiomas conocidos, por ejemplo, por decir algo.

Pero al fin y al cabo en esa situación sabes lo que hay, sabes lo que toca y a que te enfrentas.
Lo duro es el periodo de duelo entre la fecha del examen y la entrega de notas. Eso si que es duro. Es imposible permanecer impasible ante esa situación. Ya realizaras el mejor examen de tu vida, o hicieras el peor, explotando hasta limites insospechados tu  creatividad para contestar. De hecho, incluso te dices para tus adentros..."igual me valora la imaginación y todo, ¿un 3?". No.
Muchísimo peor es salir del examen pensando que solo un ente divino puede decidir entre un 4 y un 5. Que por cierto, lo más probable es que ese ente se llame profesor y se decante por el 4. Lo siento, cuando seas profesor podrás hacer lo mismo me decían. Tú piensas, "¿Vas en coche a trabajar, profe?" Ahí lo dejo.

En ese periodo de espera, la mayor parte del tiempo ni te acordaras, pero el día que te enfrentas a la inminente entrega de notas... no explotas porque no puedes. El corazón late que lo escucha tu compañero. Adrenalina en sangre para dar y regalar. Se acerca el momento. Oyes o ves tu nombre, el corazón apunto de salir por la boca. Y...

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